Deicidio diario.
He estado una semana ocupado en la megalomaniaca idea de usar el photoshop para rubricar mis post en algún que otro foro.
El resultado, después de cuatro horas de aprender a usarlo, es este:
Ayer me fui a cenar a casa de un amigo, vi BLADE RUNNER por octava vez y después de la cena con un par de Murcianos,- uno de ellos Italiano -, una Paloma replicante, un cinéfilo filósofo y una Patricia romana, fotógrafa oficiosa de la reunión, un par de copas de Murua, de cava, rehogado con un cubata de Ron con Limón - amén-, me puse a divagar conmigo mismo mientras leía aforismos de Ciorán, ambientado a las 2 de la mañana por un par de guitarras eléctricas en una sesión improvisada por un par de mis amigos, lleno de pelos de gato que me producían repentinos estornudos y algo preocupado por la posibilidad de que hubiera vecinos durmiendo.
Y además llovía en la calle. Me encanta...
El caso es que a Ciorán lo encontré animado...tiene gracia.
Siempre he encontrado en la habitualidad de ser empático una forma de encontrar las definiciones de mí, de encarnar todos los matices por separado que me hacen ser yo. A veces se corre el riesgo por ese camino de ser como un espejo, deshabitado por uno mismo en la contemplación de los demás. La comparación de los espejos no es mía, sino de Ciorán, interpretada por mí.
Roy Batty eliminaba a Tyrell en Blade Runner cometiendo una especie de Deicidio: Tyrell en una posición superior, sobre la tarima en la que está la cama, vestido de una especie de traje blanco, Roy Batty, de negro, Tyrell viejo, calmado, representando el fatum inamovible, el rigor de las leyes divinas, Roy Batty, hijo pródigo, mirada de energía contenida, de rebelión ante el destino... Mi amigo juzga que es como el superhombre, por encima del bien y del mal, que cuando se clava esos tornillos en la mano, es una especie de imagen de Jesus, hijo de Dios, que en sus últimos suspiros ha superado el estadio de moralidad y, cómo dicen en la película, amaba tanto la vida que al final era lo que amaba por encima de todo.
A mí me parece que es más bien un acto de rebelión, emancipación e identificación. Prometeo, en contra de los Dioses, se rebeló para conseguir el fuego y emancipar en cierta forma a la humanidad, como Roy Batty cuando se rebela contra su destino, acepta su naturaleza y lucha; yo creo que ama la vida sobre todo y que lo salva - no me hagan decir a quien, no quiero estropear la película a nadie que no la haya visto aún-, porque se siente plenamente identificado con la humanidad.
Creo que estoy confundido, porque la explicación de mi amigo cubre más matices.
Todas las mañanas me pongo en duda, no quiero arrogarme la infalibilidad de un Dios, tan solo soy una persona.
Que tengan un buen día.
El resultado, después de cuatro horas de aprender a usarlo, es este:
Ayer me fui a cenar a casa de un amigo, vi BLADE RUNNER por octava vez y después de la cena con un par de Murcianos,- uno de ellos Italiano -, una Paloma replicante, un cinéfilo filósofo y una Patricia romana, fotógrafa oficiosa de la reunión, un par de copas de Murua, de cava, rehogado con un cubata de Ron con Limón - amén-, me puse a divagar conmigo mismo mientras leía aforismos de Ciorán, ambientado a las 2 de la mañana por un par de guitarras eléctricas en una sesión improvisada por un par de mis amigos, lleno de pelos de gato que me producían repentinos estornudos y algo preocupado por la posibilidad de que hubiera vecinos durmiendo.
Y además llovía en la calle. Me encanta...
El caso es que a Ciorán lo encontré animado...tiene gracia.
Siempre he encontrado en la habitualidad de ser empático una forma de encontrar las definiciones de mí, de encarnar todos los matices por separado que me hacen ser yo. A veces se corre el riesgo por ese camino de ser como un espejo, deshabitado por uno mismo en la contemplación de los demás. La comparación de los espejos no es mía, sino de Ciorán, interpretada por mí.
Roy Batty eliminaba a Tyrell en Blade Runner cometiendo una especie de Deicidio: Tyrell en una posición superior, sobre la tarima en la que está la cama, vestido de una especie de traje blanco, Roy Batty, de negro, Tyrell viejo, calmado, representando el fatum inamovible, el rigor de las leyes divinas, Roy Batty, hijo pródigo, mirada de energía contenida, de rebelión ante el destino... Mi amigo juzga que es como el superhombre, por encima del bien y del mal, que cuando se clava esos tornillos en la mano, es una especie de imagen de Jesus, hijo de Dios, que en sus últimos suspiros ha superado el estadio de moralidad y, cómo dicen en la película, amaba tanto la vida que al final era lo que amaba por encima de todo.
A mí me parece que es más bien un acto de rebelión, emancipación e identificación. Prometeo, en contra de los Dioses, se rebeló para conseguir el fuego y emancipar en cierta forma a la humanidad, como Roy Batty cuando se rebela contra su destino, acepta su naturaleza y lucha; yo creo que ama la vida sobre todo y que lo salva - no me hagan decir a quien, no quiero estropear la película a nadie que no la haya visto aún-, porque se siente plenamente identificado con la humanidad.
Creo que estoy confundido, porque la explicación de mi amigo cubre más matices.
Todas las mañanas me pongo en duda, no quiero arrogarme la infalibilidad de un Dios, tan solo soy una persona.
Que tengan un buen día.
posted by Alias | 14:24
2 Comments:
Hola apo... no me he terminado de leer el blog porque me estoy poniendo griposa y no tengo la cabeza mu activa, así que me reservo las reflexiones de Blade Runner (¿es con dos n?)para mañana. Sólo una ligera apreciación de una replicante especial: ¡¡no llovía, nevaba!!
Paloma.
Bueno, siempre es mejor que estes griposa que "retirada" :p.
Pues yo pienso que más bien llovía y que a lo sumo caía aguanieve. Me lo vas a decir a mí, que me quedé obnubilado viendo caer la lluvia como 20 minutos mientras acariciaba a ejcansino.
Un abrazo.
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